Desde una perspectiva anatomfisiológica, el sistema auditivo está compuesto por estructuras que transforman las fugaces variaciones de presión aérea en señales neuronales, las cuales, posteriormente, se analizan y se interpretan en zonas cerebrales. En el oído interno se hallan una serie de estructuras ubicadas en una cavidad del hueso temporal. La cóclea es el elemento más valioso del oído interno para la percepción auditiva, donde las vibraciones mecánicas provocadas por el sonido se convierten en señales neuronales. El mecanismo coclear es bastante complejo. Para resumirlo, indicaremos que las células ciliadas o receptores sensoriales se hallan en el órgano de Corti, que, a su vez, se halla sobre la membrana basilar, que recorre todo el canal de la cóclea. Las células ciliadas deben su nombre a los pequeños cilios que brotan desde la superfiie apical de la célula. La deflexión de los cilios es el primer paso en la transducción mecánico-neuronal. El movimiento de la endolinfa fluido que llena la escala media, donde se halla el órgano de Corti– provoca una oscilación en la membrana tectorial, rozando los cilios de los receptores y provocando la mencionada deflexión.
La cóclea humana posee dos tipos de células ciliadas: las internas y las externas. Tanto unas como otras se distribuyen enfias a lo largo de la cóclea: una fila de internas y tres, cuatro o cinco filas de externas, dependiendo del lugar de la cóclea. Las internas son receptores sensoriales primarios y sinaptan con las fibras del nervio auditivo o nervio coclear. En cambio, las externas participan de un sistema motor de retroalimentación que modifica rápidamente los mecanismos de la membrana basilar.
A modo general, la cóclea se comporta como un mecanismo analizador de frecuencias. Diferentes frecuencias activan diferentes poblaciones de células ciliadas. El diseño de la cóclea asegura que cada tono activa selectivamente sólo un grupo de células ciliadas. Las frecuencias más altas excitan las células ciliadas que se hallan en la zona basal de la cóclea –la más cercana a los huesecillos del oído medio– y las frecuencias más bajas las de la zona apical. Este tipo de codficación da lugar al llamado ‘mapa tonotópico’.Un oído normal emite una pequeña cantidad de sonidos como respuesta al sonido entrante. Son sonidos generados por la propia cóclea, concretamente por las células ciliadas externas, al expandirse y contraerse. Estos sonidos se denominan‘emisiones otoacústicas’ (EOA). Hay dos tipos de EOA: las espontáneas, que son inconstantes, y las que son auténticamente provocadas por un sonido. La detección de estas últimas se utiliza como prueba de audición, sobre todo en neonatos. Es un examen que sirve para comprobar el funcionamiento de la cóclea.
Cuando existe una hipoacusia mayor a 30 dB no se registran EOA. Dado que la mayoría de las hipoacusias tiene el origen en una alteración de la cóclea, y que las células ciliadas externas son las primeras en dañarse, cuando las EOA están presentes se descarta una hipoacusia relevante (debida a la cóclea). Esta prueba es simple y rápida, y no se necesita la colaboración del paciente; así, una de sus mayores utilidades está en el cribado auditivo neonatal.
Corte transversal del canal coclear, en el que se puede apreciar el órgano o complejo de Corti en la escala media, la disposición de las células ciliares y el inicio del nervio coclear