Para cuando la neurociencia moderna fue bombardeada en torno al bum del siglo XX, la idea de que la corteza cerebral está compuesta de regiones anatómicas discretas con funciones especializadas ya estaba firmemente establecida. Aún así, surgieron más pruebas a principios del siglo XX, y así el concepto se afianzó aún más.
Por esta época, un neuroanatomista alemán llamado Korbinian Brodmann comenzó a examinar la estructura microscópica del cerebro humano, y observó que podía distinguir entre diferentes partes según la forma en que las células están organizadas en cada una. Sobre esta base, Brodmann dividió la corteza cerebral en 52 regiones y le asignó un número a cada una. El sistema de clasificación neuroanatómica de Brodmann se sigue utilizando hasta el día de hoy: las áreas de Brodmann 1, 2 y 3 constituyen la corteza somatosensorial primaria, que se encuentra en el giro poscentral y recibe la información táctil de la superficie de la piel; el área 4 de Brodmann es la corteza motora primaria y el área 17 de Brodmann es la corteza visual primaria. |
En el decenio de 1920, el neurocirujano canadiense Wilder Penfield fue pionero en una técnica para estimular eléctricamente los cerebros de los pacientes con epilepsia consciente, a fin de determinar la ubicación del tejido cerebral anormal que causa sus convulsiones Por lo general, la epilepsia puede tratarse eficazmente con medicamentos anticonvulsivos, pero en la minoría de los pacientes que no responden a los medicamentos se puede recurrir a la cirugía como último recurso, para eliminar el tejido anormal y aliviar las convulsiones debilitantes. |