La expresión de las emociones es una forma de comunicación útil para explicitar sensaciones y sentimientos, y también para indicar a los otros cómo se tienen que comportar ante nuestro estado de ánimo.
Charles Darwin hace más de un siglo expresó en su obra “The expresión of the emotions in man and animals” (1872): “El lenguaje de las emociones es en sí mismo y sin duda importante para el bienestar del género humano”.
Los integrantes de multitud de especies, incluida la humana, son capaces de comunicar sus emociones a otros individuos de la misma especie, incluso al de otras especies, mediante expresiones faciales, sonidos, cambios posturales, etc.
A partir de aquí, se puede decir que las emociones pueden constituirse como patrones de respuesta útiles para determinadas interacciones sociales. El lenguaje emocional es el más primitivo, tanto en sentido filogenético como en sentido ontogenético La comunicación humana de la emoción depende principalmente del sistema músculo esquelético, sobre todo de los músculos que controlan expresiones posturales y faciales.
Llegados a este punto, cabría preguntarse si el lenguaje de la expresión facial y postural de las emociones es innato o aprendido. Se ha podido comprobar qué individuos de diferentes culturas presentan expresiones faciales y posturales muy similares, cuyo significado emocional puede ser identificado por personas de todo el mundo. Estas expresiones faciales y posturales de las emociones son automáticas e involuntarias, aunque pueden ser modificadas por aspectos culturales y por las características concretas de la situación en las que se están manifestando.
Charles Robert Darwin (12 de febrero de 1809-19 de abril de 1882), fotografiado por Julia Margaret Cameron. Darwin encontró que personas de diferentes culturas utilizaban los mismos patrones de movimiento de la musculatura facial para expresar un determinado estado emocional. |
El Cine y la televisión también han mostrado la importancia que desempeñan las emociones en la comunicación humana. La serie televisiva estadounidense “Lie to me”, creada por Samuel Baum, se ha constituido como un reciente ejemplo de ello. En la serie, el psicólogo Cal Lightman (Tim Roth) y su equipo The Lightman Group Intentan descubrir las verdades y las mentiras de las personas analizando principalmente el componente conductual de las emociones a través de la voz y de la expresión facial y postural. En la serie se explicitan algunos de los planteamientos de Paul Ekman (psicólogo pionero en el estudio de las emociones y sus relaciones con la expresión facial). En 1971 Ekman y Friesen estudiaron a los miembros de una tribu aislada de Nueva Guinea que no había establecido contacto alguno con el mundo exterior. Los individuos de esa tribu no presentaron ningún problema a la hora de reconocer las expresiones faciales y emocionales producidas por individuos occidentales. Ekman y Friesen concluyeron que las expresiones emocionales quedaban constituidas como patrones no aprendidos e innatos. De forma añadida, Ekman et al., estudiaron la respuesta emocional de estudiantes japoneses y americanos ante una película de alto contenido emocional en dos condiciones diferentes: cuando el individuo estaba solo cuando estaba en presencia de otra persona. En la cultura japonesa, que considera socialmente inadecuada la demostración pública de las emociones, era de esperar que los estudiantes japoneses mostraran menos expresiones emocionales faciales y posturales ante otra persona en comparación con los estudiantes americanos. Los resultados confirmaron esta hipótesis. No obstante, cuando los individuos estaban solos, apenas había diferencia en la expresión emocional entre los estudiantes japoneses y los americanos.
Otras investigaciones han puesto de manifiesto que las expresiones faciales de niños ciegos de nacimiento son similares a las mostradas por niños con capacidades visuales intactas, lo que sugiere que la expresión emocional no requiere aprendizaje vicario.
El estudio de la emoción en pacientes con lesiones corticales ha aportado mucha información sobre la naturaleza comunicativa de la emoción. Diversas evidencias experimentales han mostrado que diferentes mecanismos cerebrales son responsables de los movimientos faciales voluntarios y de los movimientos faciales automáticos, aunque la expresión involuntaria de las emociones implique a los mismos músculos.
En la década de 1980 y principios de la década siguiente, Ekman y sus colaboradores llevaron a cabo una serie de experimentos para analizar los aspectos de retroalimentación de las expresiones emocionales por medio del rostro. Estos autores pidieron a los participantes que ejecutaran un conjunto determinado de movimientos de los músculos faciales.
Los participantes en cuestión sólo conocían los movimientos que debían llevar a cabo. La idea de los investigadores era que los individuos movieran un conjunto particular de músculos faciales característico de una determinada emoción sin que fueran conscientes de ello (expresiones simuladas de una emoción concreta). Mientras los participantes generaban las expresiones faciales, los investigadores realizaron un conjunto de medidas fisiológicas (principalmente de reactividad neurovegetativa). Los resultados experimentales mostraron que las expresiones simuladas de las emociones modificaban la actividad del SNA. Asimismo, diferentes conjuntos de movimientos faciales (correspondientes a una emoción específica) producían patrones distintos de actividad neurovegetativa. ¿Cómo se pueden explicar estos resultados? Estos cambios neurovegetativos generados por la simulación de una emoción ¿podrían originarse mediante la expresión facial como resultado de la experiencia previa? o bien ¿podrían ocasionarse por la existencia de conexiones neurales innatas?
LOS MOVIMIENTOS EN LA EXPRESIÓN DE LAS EMOCIONES
La regulación neural de los movimientos cuando estos están producidos de manera voluntaria (conductas motoras voluntarias) es diferente de cuando son expresión directa de las emociones (conductas motoras y emocionales). Suponga usted que es actor y qué tiene que preparar un papel en el que el protagonista tiene que llorar y expresar tristeza con su expresión facial y postural. Un actor profesional en el tema seguramente no tendrá dificultades para ponerse en la piel del personaje que, por medio del rostro y del cuerpo, pueda interpretar y expresar una determinada emoción. No obstante, se ha de tener presente que no resulta fácil generar una expresión realista de una determinada emoción cuando uno no se siente realmente de esa manera. Los actores que estudian interpretación utilizan algunos métodos para lograr que la expresión emocional en sus papeles sean lo más real posible.
Konstantín Sergéyevich Stanislavski creó el denominado método de las acciones físicas, también conocido popularmente como el sistema Stanislavsk. Este sistema interpretativo consistía fundamentalmente en instar al actor durante su ejecución a experimentar “en sus propias carnes” las emociones que debía expresar en el papel que interpretaba. Por ejemplo, uno de los ejercicios que implementaban en su método consistía en reproducir mentalmente emociones experimentadas en el pasado similares a las que debía expresaren el papel que había de interpretar. De forma añadida, en 1862, el anatomista francés Amand Duchenne describió que en los seres humanos la sonrisa estaba producida por la contracción de los músculos de la cara: el orbicular y el cigomático mayor. En concreto, Duchenne vio que éste último se podía controlar de manera voluntaria, mientras que el orbicular - o músculo de Duchenne - parecía que únicamente se contraía ante una emoción. De esta forma, Duchenne demostró que la sonrisa está producida por la contracción de los músculos orbiculares y cigomático mayor. Así, una falsa sonrisa se puede distinguir de la verdadera en el hecho de que la primera únicamente se produce por la contracción del músculo cigomático mayor
A) Konstantín Sergéyevich Stanislavski (1863- 1938). B) Guillaume-Benjamin- Amand Duchenne (1806-1875) estimulando eléctricamente los músculos faciales de un voluntario. C) Localización de los músculos orbicular y cigomático mayor.