No puede concluirse la referencia del siglo XIX sin destacar la importancia del trabajo del escocés David Ferrier (1843-1928) y sus trabajos con primates. Mediante los procedimientos de la lesión experimental y la estimulación eléctrica cerebral, Ferrier buscaba descubrir una hipotética corteza sensorial o aquellas partes de la corteza que presumiblemente se encargarían de la información procedente de los sentidos. Al comparar distintas especies, Ferrier observó que cuanto más evolucionado era el animal más claros y significativos parecían los resultados, por lo que centró su investigación en el animal más próximo al ser humano. De esa manera pudo identificar distintas áreas sensoriales de la corteza, entre ellas la "auditiva primaria" y confeccionar un conjunto de mapas funcionales reunidos en su magnífica obra de 1866 "The Functions of the Brain". La obra presentaba magníficos dibujos del cerebro de un mono con mapas de las zonas responsables de las distintas funciones. Tal era su confianza sobre la existencia de estos mapas también en las personas, que las mismas zonas aparecen extrapoladas sobre el dibujo de un cerebro humano, aunque aún no había constancia experimental de ello.
Célebres fueron sus brillantes debates en el Congreso Internacional de Londres en 1881 y su posterior peripecia judicial tras recibir la denuncia de una influyente asociación londinense que lo acusaba de quebrantar el acta contra la crueldad a los animales. El juicio levantó una gran expectación mediática y profesional porque ponía en la picota a toda la investigación neurocientífica con animales vivos y ocupó páginas en los principales diarios británicos entre ellos el Times, ante una opinión pública dividida. Un buen número de especialistas escribió artículos a su favor en revistas científicas de todo el mundo. Tras varias sesiones abarrotadas de médicos y periodistas, Ferrier fue absuelto pues demostró que usaba anestesia en sus operaciones y no infligía daño innecesario a los animales. Con toda seguridad, en la decisión judicial influyeron la existencia de casos clínicos que se habían beneficiado de sus "mapas funcionales" como así adujo la defensa. Eran pacientes cuyos cirujanos, siguiendo los hallazgos de Ferrier habían podido predecir la ubicación de un tumor o un absceso cerebral, y trepanar el cráneo directamente sobre la zona sospechosa. En 1878, Ferrier junto a su amigo John Hughlings Jackson, fundó la prestigiosa revista "Brain" que hoy continúa siendo una de las publicaciones de mayor impacto mundial en su ámbito. |
Durante el siglo XIX se barajó la idea de que el cerebro tenía distintas partes identificables que probablemente podrían llevar a cabo diferentes funciones: la percepción, la emoción o el lenguaje se podían localizar en sistemas neurales anatómicamente diferenciados.