Se trata de una infección supurativa que se desarrolla en el espacio subdural,
el cual no tiene barreras anatómicas para su expansión. La penetración de los
antibióticos a este espacio es muy pobre. Es una emergencia quirúrgica. Se
puede complicar con abscesos cerebral, trombosis venosa cortical con riesgo de
infartos venosos, o cerebritis localizada.
El tratamiento requiere de drenaje quirúrgico y tratamiento antibiótico. El
pronóstico depende de varios factores, es posible la persistencia de crisis
convulsivas, hemiparesia residual, y mortalidad asociada.